A partir de la sanción de la Constitución de la República Argentina y de la organización nacional se desencadenó un cambio profundo en la vida económica y social. La creación de instituciones nacionales, la construcción de las primeras vías férreas, la producción y exportación de lana y trigo, y la llegada de inmigrantes fueron las señales más visibles del proceso de modernización iniciado. El espíritu de la época apuntaba a la alfabetización universal. A través de un vasto programa de educación popular, el gobierno nacional se propuso "educar al soberano". La pasión del presidente Domingo Faustino Sarmiento fue alfabetizar a las clases populares y prepararlas para el ejercicio de la ciudadanía. En estos tiempos se crearon muchas escuelas primarias, bibliotecas públicas, algunos institutos de educación secundaria para la preparación de los futuros dirigentes y escuelas normales para la formación de maestros. Las escuelas públicas coexistieron con escuelas privadas y de las colectividades de inmigrantes. Con respecto a los contenidos escolares, se destaca la importancia otorgada a la lectura, al conocimiento del texto de la Constitución Nacional y la inclusión de la historia y la geografía nacional. Para mejorar la enseñanza era indispensable reemplazar los viejos textos escolares. Por ello la publicación de nuevos libros cobró un gran impulso en este período.