CONSEJOS A LAS FUTURAS MAESTRAS

Presentamos “Consejos a las futuras maestras”discursos pronunciados por Matilde Guillén de Rezzano entre 1913 y 1921 con motivo del egreso de maestras normales.

Compromiso con la sociedad

“¿Prometéis conservar para la niñez argentina la dignidad y la entereza de carácter; guardar y venerar el tesoro de la historia patria, su tradición gloriosa, sus símbolos benditos, su espíritu democrático y humanitario; cuidar que nadie sea osado profanar, ni aún con el pensamiento, los furos de la nacionalidad?”

De la experiencia escolar al futuro profesional

“Acaban de salir. Las últimas voces se extinguían en el bullicio callejero del mediodía, y una que otra rezagada, antes de abrir la puerta, recorría con mirada circular las paredes familiares que evocaban tantas páginas de la vida escolar (…) Aquí se reunían todas las mañanas; por esta escalera subían; en aquellas aulas ¡Cuántas horas pasaron! Y el sol de los patios ¡ de cuántas travesuras fue discreto testigo!”

Con la despedida de la escuela normal, con la transformación de alumna en egresada, se materializó “la ilusión de ser, de querer y de poder”, se abrieron las puertas, salieron a las aulas las maestras llevando “lo mejor que pudimos daros; la idea inicial y fecunda de hacer surgir del fondo del ser humano el principio de toda dicha”, portando en los preceptos aprendidos de no exigir lo que no se pueda ofrecer, de ser justas reconociendo en los demás tanto las acciones como las intenciones, de tener sonrisa en el rostro aún cuando el corazón sangre dolores y la responsabilidad “de dirigir el perfeccionamiento ético de la humanidad (…) de favorecer a evolución social”, de formar hombres y mujeres dignos y conscientes de sus deberes y derechos y de que la tierra en la que han nacido “es la más hermosa de las tierras”

De la formación a la responsabilidad social

“No toméis las tocas blancas. No vistáis los burdos sayales; pero haced vuestros el espíritu, la vocación, la dulzura, la renunciación (…) Tomad su alto concepto de de caridad, de altruismo”

Con la adquisición del título de maestras, se espera que reciban a los niños con respeto y con unción, conociéndolo antes de actuar, descubriendo sus secretos y sus picardías, su alma y su entendimiento. Que no mezquinen ternura, que no hagan distinciones entre tristes y alegres, limpios y sucios, huraños, maltrechos, desamparados… que todos son buenos, que “no hay niños malos, sólo existen niños que no saben, y el no saber es su delito; delito infantil que puede convertirse por negligencia social en crimen”

Del ingreso al egreso de la Escuela Normal

“Debo en este acto entregaros vuestro título profesional. Es un simple papel; algunos nombres caligráficamente trazados interrumpen su blancura; algunas firmas y sellos le dan legalidad”

Para convertirlo en símbolo, será necesario poner junto a él las noches de insomnio por estudio o por preocupación, las alegrías y los desalientos, las dificultades vencidas, los trabajos realizados, las anécdotas, los ideales. Será importante transformarse de buenas alumnas en maestras ejemplares, vivir todo intensamente, palpitar con los demás, asumir los problemas sociales como propios y admitir límites. Será imprescindible alejarse de la mediocridad, no detenerse en prejuicios, ser fuertes, animosas “al pié de la montaña, paso a paso ascended por ella; sed fuertes; sed lo que sobre todas las cosas habéis de ser!”

Ubicación: Este libro puede consultarse en la Sala Americana -SA 38 – 2 – 7 bajo el título de Varios.

 

Material digitalizado Ver material digitalizado: “Consejos a las futuras maestras”

 

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