 |
|
Boletín
electrónico Año 4 No 29 |
Junio
2006 |
ISSN
1667-8370 |
Pizzurno
953 (C1020ACA) 4129-1272 |
Línea
gratuita: 0800-666 6293 |
Biblioteca
Nacional de Maestros |
Ministerio
de Educación, Ciencia y Tecnología |
|
|
http://www.bnm.me.gov.ar |
 |
|
HALLAZGOS
EN LA BNM |
|
La cuestión de la formación
docente: Más allá del sentido común |
 |
|
|
“Un
hombre que no conozca la ciencia de la educación fácilmente
afirmará que á cualquier persona instruida le basta
el sentido común para ser capaz de enseñar lo que
ella sabe; pero si, por ejemplo ese hombre es marino, negará
que el sentido común sea suficiente para dirigir el rumbo
de su bajel” |
|
El objetivo
de esta sección es dar a conocer piezas de valor histórico
que constituyen el fondo patrimonial de la BNM a la vez que una
invitación a consultarlas.
|
Hoy presentamos:
“Disertación para apoyar el proyecto de resolución
sobre el tema siguiente: De la reglamentación del ejercicio
del derecho de enseñar y de la formación
y mejoramiento de los maestros”, a cargo de José
María Torres, Director de la Escuela Normal de Paraná,
publicado en Buenos Aires en 1882 en el marco del Primer Congreso
Pedagógico de Buenos Aires.
|
Responsabilidad
acreditada
|
|
“Que
el ejercicio del derecho de enseñar sea regido (...) por
la Ley de la Nación que prohíba enseñar en
cualquier escuela á toda persona que no posea diploma expedido
por una escuela normal ó que no haya obtenido certificado
de aptitud, previo examen ante una comisión de funcionarios
escolares...” |
|
Suponer que
el sentido común es suficiente para dirigir un asunto tan
importante como enseñar, es ignorar el valor de la instrucción
especializada y suponer que el instinto guía al hombre
como a los animales, lo que equivaldría a creer que es
posible educar sin conocer los principios y las reglas del arte
de la educación, parangonando la función del publicista
o del orador con la del educador.
Un niño no aprende si el maestro no lo orienta a formar
cada idea antes de darle la palabra que la representa.
No se aprende repitiendo de memoria fórmulas, reglas, proposiciones
abstractas, definiciones, clasificaciones y términos técnicos,
que son palabras sin sentido, si no representan ideas previamente
adquiridas por acciones mentales.
No se aprende solamente por medio de libros y discursos, porque
eso es apoyarse en la experiencia ajena sobre los hechos y las
cosas y no se estimula el trabajo intelectual independiente.
|
Cómo
llegar a ser
|
|
“Que
el personal docente de las Escuelas Normales se componga exclusivamente
de maestros y profesores normales.
Que se provea al mejoramiento intelectual y oral de los maestros,
asegurando á todas las escuelas una inspección inteligente
y completa...”
|
|
La senda de
la educación requiere conocer la naturaleza humana, las
disposiciones naturales de cada niño y las cualidades de
la inteligencia. Con ello se asegura que la experiencia en la
enseñanza sea provechosa, desechando la práctica
empírica por inconsistente.
La tarea de instruir no es tan fácil como lo supone quién
no ha hecho una preparación especial, quién no se
ha preparado en la aplicación de los principios de la ciencia
de la educación para ejercer influencia sobre sus discípulos
en adquisiciones físicas, morales e intelectuales y para
comprender profundamente la organización y la disciplina
de los estudios escolares.
|
Algo
personal
|
|
“Si
el discípulo ha de instruirse por su experiencia personal,
tiene que ejercitar su inteligencia sobre objetos concretos, sobre
hechos que le provean de ideas...” |
La tarea de
instruir obliga a que maestro y discípulo se empeñen
en abordar un mismo objeto, pero sus relaciones con él
y con la tarea son diferentes.
Nadie puede hacer por otro la acción de pensar, “pues
si las ideas se forman en la mente del que aprende por actos que
solo él mismo puede ejecutar; llegamos á esta proposición
general: aprender es enseñarse a si mismo”.
La inteligencia adquiere poder y saber como resultado de la educación
y el maestro debe saber cómo estimular esas operaciones,
cómo hacer para obtener éxito, cómo actuar
sobre las dificultades imprevistas, cómo sostener las situaciones
con habilidad y valor moral.
|
Cuestión
de idoneidad
|
|
“...
se deberá pedir a la correspondiente autoridad escolar, contestación
a las preguntas como estas: - ¿Tiene buen carácter
moral? - ¿Es apto para el manejo de una escuela de (tantos)
niños? - ¿Ha cumplido sus deberes con celo, exactitud
y fidelidad? – ¿Ha mantenido buena disciplina sin severidad
indebida? - ¿Ha ejercido influencia saludable los niños
y sus padres? – ¿Se le considera persona atenta y urbana?”
|
Sin conocer
el arte de educar no es posible enseñar. Hay que poder
dirigir la observación, orientar la formación de
ideas, ponerle palabras, comparar las cosas y las palabras, encontrar
semejanzas y diferencias, referir desde las nuevas adquisiciones
a las hechas anteriormente... mucho más que enseñar
a leer y a escribir, enseñar a usar la inteligencia, a
investigar, a pensar.
Y esto no lo adquiere el maestro estudiando solamente las materias
que habrá de enseñar.
Saber la materia es cosa muy distinta que saberla enseñar.
Requiere del conocimiento del problema que se quiere resolver,
que es cómo guiar al alumno para que ejecute ordenadamente
la acción de aprender
“No exigir pruebas de idoneidad a las personas que quieran
dedicarse al Magisterio, no es consagrar la verdadera libertad
de enseñar, sino someter la enseñanza al dominio
del empirismo, que vicia las inteligencias, las voluntades y los
sentimientos de los niños, dificultando que las nuevas
generaciones se preparen para el mejor cumplimiento de los deberes
de la vida”.
|
Este
libro puede consultarse en la Sala Americana – SA 9-9-2
Inv. 00022465b
|
Versión
digitalizada de la obra
|
Por
Ana Diamant |
|
|
|
|