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Historia y bibliotecas: Biblioteca Nacional de República Dominicana

Los antecedentes de la Biblioteca Nacional Dominicana tienen sus orígenes cinco siglos atrás, en 1538, cuando se fundó la Universidad de Santo Tomás de Aquino, la primera del Nuevo Mundo. Como es de suponer, la universidad tuvo su biblioteca conformada en gran parte por una importante donación de la biblioteca particular de Diego Méndez de Segura, quien formó parte del cuarto viaje de Colón a las Indias Occidentales.

En 1553 Gonzalo Fernández de Oviedo, alcalde de Santo Domingo, fundó la Biblioteca de la Fortaleza de Santo Domingo, convirtiéndose así en la primera biblioteca pública del Nuevo Mundo. Los fondos bibliográficos fueron aumentando y enriqueciéndose gracias al aporte de valiosas bibliotecas pertenecientes a instituciones destacadas del quehacer intelectual y cultural de la Isla Española. Entre ellas cabe señalar la Biblioteca de la Universidad de Santiago de la Paz, y la de la Iglesia de las Mercedes que contaba con una rica colección, ya que allí fue fraile el célebre escritor Tirso de Molina.

Santo Domingo en su primera época como colonia española experimentó una intensa actividad cultural, siendo de vital importancia el fomento del libro y la lectura. Pero tiempo después por problemas políticos internos y territoriales entre España y Francia, luego con Haití y Estados Unidos, los dominicanos tuvieron que esperar varios siglos hasta poder concretar el sueño de tener su propia Biblioteca Nacional.

En 1927 se promulgó la Ley 66 que ordenaba la creación del Museo y Biblioteca Nacional pero recién se pudo concretar su inauguración el 28 de febrero de 1971 bajo la presidencia de Joaquín Balanguer. Inmediatamente se inició la construcción de un edificio propio para la flamante institución y se le dio un importante impulso a la carrera de Bibliotecología, ya que a partir de su fundación se necesitó imperiosamente formar personal especializado para poder cumplir con todas las funciones que atañen a una biblioteca nacional. Tal importancia se le dio a la formación de profesionales idóneos que Luis Florén Lozano, destacado archivista y bibliotecólogo español, fue convocado para formar parte y desempeñarse como orientador dentro de la carrera de Bibliotecología.

Desde su fundación y a lo largo de estos años la Biblioteca Nacional de República Dominicana Pedro Henríquez Ureña es la encargada del depósito legal y ha publicado numerosas obras de autores dominicanos, contribuyendo así a la difusión de la bibliografía nacional, custodiando el patrimonio histórico y cultural de sus fondos, y brindando acceso a toda la comunidad.

Bibliografía consultada

  • Historia de las bibliotecas nacionales de Iberoamérica : pasado y presente. 2ª ed. México: UNAM, 1995

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