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La Biblioteca Nacional de Maestros ya ha integrado a sus espacios digitales un Banco de imágenes, que está formado por imágenes digitalizadas de libros que pertenecen a sus colecciones históricas o su Tesoro. El material se encuentra disponible en la página web de la BNM para su uso áulico o para su utilización en otras actividades de investigación siempre que se mencione el origen de su procedencia. Para su mejor difusión, hemos decidido informar mensualmente de las nuevas incorporaciones.

En esta oportunidad se incorporó una serie de imágenes correspondientes al libro: Accesorios de la moda: encajes, abanicos, guantes, bastones, paraguas, joyas  de Max von Boehn. El mismo forma parte de una curiosa colección llamada Historia de la cultura en miniatura. El escritor para su obra partió de un estudio preliminar realizado por el Marqués de Lozoya, y la misma se ilustró con 293 grabados y 16 láminas de color. Entre sus páginas el lector descubre las pequeñeces que han acompañado siempre a la moda como atributos característicos.

Los accesorios de moda tal vez sean lo más primoroso y delicado que ha inventado el ingenio de los hombres. En muchos casos en ellos se encuentran verdaderas obras de arte, de un arte amable y poco trascendental que no tiene otro objeto que embellecer y alegrar la vida. Todo el espíritu de una época se encierra en frágiles maravillas destinadas a tener un reinado efímero, en varias oportunidades el destino hace que terminen arrumbadas por un cambio del gusto indicado por la tendencia de la moda de turno.

En esta oportunidad nos ocuparemos del mundo de los encajes. El encaje tardó mucho en aparecer, la antigüedad conoció toda clase de telas, en la Edad Media cuando la actividad de la mujer quedó exclusivamente limitada a la casa, ellas se entregaron a las labores manuales artísticas. Las mujeres españolas fueron muy hábiles en la creación de géneros de vainicas, mallas, calados, deshilados, flecos y labores sobre lienzo. Desde el siglo XV se da cuenta en España de verdaderos encajes de bolillos, casi al mismo tiempo que surgen en Flandes y en Italia como indica el autor. En la siguiente imagen un modelo de encaje de Alençon a la aguja.

 

 

Imagen de un encaje de Alençon a la aguja. Correspondiente a la segunda mitad del siglo XVIII.

Una de las características de los encajes españoles, según el marqués de Valverde, “es la fortuna con la que se ha sabido hacer buen empleo de la policromía y usar los motivos más diversos: el oro, la plata, las sedas lasas (..) y toda materia capaz de ser tejida.” Sobre el origen de la palabra generalmente se emplea en castellano la palabra randa (del alemán rand: en torno), más adelante se habla de puntas y sólo al finalizar el siglo XVI aparece la voz encaje. En la siguiente imagen uno de los encajes más famosos, los de Bruselas.

 

Imagen correspondiente los encajes de Bruselas. Siglo XVIII.

Fuentes consultadas:

– Boehn, Max von e Juan de Contreras y López de Ayala Lozoya. Accesorios de la moda: encajes, abanicos, guantes, bastones, paraguas, joyas. Barcelona: Salvat, 1944. Disponible en la Biblioteca Nacional de Maestros.

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