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En el espacio de la vidriera de la Biblioteca Nacional de Maestros se presenta un sentido homenaje recordatorio a Ernesto Sábato, uno de los grandes autores argentinos.

Sábato fue un reconocido pensador, comprometido con la sociedad y la realidad política del país, el presidir la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP) en el regreso de la democracia es tan solo una muestra de ello.

El hombre que nació en Rojas en 1911 pasó sus últimos días en Santos Lugares, en la casa que lo albergó toda su vida y hoy es poseedora de recuerdos y anécdotas entrañables, en espera de ser declarada un espacio cultural y público como era su deseo.

Ernesto Sábato supo forjar una interesante carrera como físico que lo llevó a trabajar en Estados Unidos y Francia, para dejarlo todo y alejarse del mundo científico para entrar de lleno en el de las letras. Entre sus publicaciones se encuentran: El túnel (1948), su primera novela, Sobre héroes y tumbas (1961), Abaddón el Exterminador (1974). Entre sus ensayos: Uno y el universo (1945), Hombres y engranajes (1951), Apologías y rechazos (1979) y La resistencia (2000).

Fue un escritor y hombre íntegro que también incursionó en el mundo de la pintura  con una clara influencia expresionista. La noticia de su muerte a los 99 años recorrió el mundo y desde la Biblioteca Nacional de Maestros se le rinde este humilde homenaje.

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