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Libros
y bibliotecas |
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Las bibliotecas
sin lectores sólo son depósitos de libros. Se
transforman en centros de lecturas, cuando están dadas
las condiciones para que texto y lector se encuentren. Ya se
dijo que un libro es un objeto entre los tantos objetos con
los que la humanidad rodeó y justificó su existencia.
Los libros son cosas en un estante, a la espera siempre de desplegar
su función: activar ideas y provocar reflexiones en un
lector. |
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Por ello,
"cuidar" y atender al lector es necesario, tanto o
más que a los 'objetos libros’. Cuidar implica
atención, servicio, promoción. Conocer al lector
compromete entonces a escuchar sus demandas, ofrecer posibles
lecturas, salir a buscar otros lectores... ese es el desafío
de las bibliotecas escolares. |
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Leer en
la escuela y en la biblioteca no se agota encarando la elemental,
imprescindible y básica enseñanza de la lectoescritura.
Enseñar a leer requiere de la formación de lectores
autónomos, desde el Jardín de Infantes hasta la
adultez. |
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Leer es,
en primera instancia, interpretar signos, pero hacer uso de
la lectura, o sea: transformarse en lector/a, implica cambios
conductuales que llevan al sujeto a recurrir a la lectura con
voluntad y deseo de saciar demanda de información, proveniente
ésta de la realidad cotidiana o de la ficción.
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Leer en
la escuela requiere de bibliotecas puestas y dispuestas a conocer
y convocar a sus potenciales lectores. Por ello se hace necesario
saber de qué público estamos hablando. |
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