Boletín electrónico Año 3 No 18
Junio 2005
ISSN 1667-8370
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Biblioteca Nacional de Maestros
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología
 
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ACTIVIDADES DE EXTENSION
 
Presentación del libro “El maestro, la música y el niño” de la Prof. Laura Barrera

Agradezco a mi querida amiga Laura esta invitación para presentar su libro. Este gesto habla de su amistad y de su histórica apertura a lo interdisciplinario, ya que ejerzo la docencia terciaria y universitaria desde mi profesión de psicólogo.

Asistimos hoy a la presentación de un libro, de una obra que conlleva en su ser un acto de donación por parte de su autora: Laura nos dona con este libro una buena dosis de energía, talento, creatividad, trabajo intelectual, rigor metodológico, constancia, la firme convicción en sus ideas, una sólida coherencia entre lo que escribe y lo que hace en sus clases….y nos dona la transmisión de una ética en relación a la delicada y esencial tarea cotidiana de educar al niño.

Este libro tiene una autora que seguramente primero lo deseó y soñó, luego lo gestó y finalmente nos lo presenta en un ritual compartido por todos nosotros, para que entre todos comience a dar sus primeros pasos y mágicamente adquiera vida propia aquí o allá donde fuere que sea leído.

J. Derrida define a la familia como la creación de un lazo social en torno a un nacimiento. Este libro entonces nos convoca y nos enlaza en una gran familia que tiene como función simbólica recibir al recién llegado.

Walt Whitman escribió en“Canto a mí mismo” la siguiente dedicatoria: “Esto no es un libro. Quien lo toca está tocando a un hombre.”

Tenemos entonces un hermoso retoño que refleja el pensamiento de su autora, que como toda creación adquiere un sello y un nombre propio para ser interpretado desde cada subjetividad de un modo particular. Leer un libro es un modo de apropiárselo, de “autorizarse” y reinventarlo, como en la magistral metáfora de Borges sobre El Quijote de Pierre Menard.

“El docente, la música y el niño” es un título que me encanta por su profunda sencillez, propongo como analista una interpretación libre del mismo. Se me ocurre entre otros modos de nombrarlo: la importancia del otro y la música en la construcción de la subjetividad del niño. En mi lectura del texto, el niño es el último y principal destinatario; desde las primeras páginas su autora llega hasta nuestras raíces infantiles y remueve cierto dolor por una sutil forma de violencia de la que podemos haber sido objeto cuando alumnos, violencia que podemos reproducir como adultos desde cualquier rol. Si un maestro no es lúdico, si no es musical en su manera de transmitir, si no permite el surgimiento del jugar en el niño, este será irremediablemente herido en su naciente subjetividad.

“El maestro, la música y el niño” transmite desde sus primeras páginas una ética de la libertad, de la espontaneidad, del placer por el enseñar y el aprender como sustancias indispensables. Leeré sólo un párrafo:

“Observo en los docentes una marcada aprensión por la falta de orden…..Considero que dicha actitud no es válida en lo que respecta a la enseñanza de la música o de otra manifestación artística. El desborde creativo es a menudo generador de bienestar y crecimiento por parte de los alumnos y de sus maestras……Si no aprendemos “a divertirnos”, o si no encontramos placer en la enseñanza y en el “dejar hacer” al otro, no podemos incorporar ese desorden como elemento necesario del aprendizaje.”

Encontramos en este fragmento lo que para mí es un original estilo de apelación al desorden como categoría necesaria del proceso de aprendizaje.

Leemos en Morin: “El universo entero es un cocktail en el que participan orden, desorden y organización.”…“El paradigma de simplificación domina nuestra cultura hoy. Simplificar no es hacer las cosas con simpleza, sino mutilar la riqueza de lo complejo. El pensamiento mutilante conduce necesariamente a acciones mutilantes.”

Escribir un libro es finalmente una aventura intelectual, porque lo intelectual invoca a la razón, a lo científico, a lo estructurado. A su vez el significante aventura remite a lo impredecible, al acto que va más allá del límite, a la dimensión de la creación. Un buen libro es el producto de esta paradójica dualidad, un territorio significante en el que habitan y conviven las paradojas generando efectos de sentido impensados. Laura construyó esta obra que lleva implícitas las características del pensamiento complejo e interdisciplinario transmitidas con una sencillez y claridad propias de quien lleva años trabajando y pensando en y sobre el hacer con niños.

Por último este libro va dirigido más allá de los docentes, a todos aquellos profesionales que trabajan con niños, a los que se interesan por ellos y a todos los adultos que indudablemente alojamos en nosotros al niño que fuimos. Es un libro que nos invita a jugar con la música y a propiciar el juego musical como herramienta en distintos ámbitos. La música es juego, es invención, es creación, es subjetividad, es vida humana.

Pablo Neruda en su segunda Oda al Libro expresa:”Nosotros los poetas caminantes, exploramos el mundo,…… participamos en la lucha terrestre. ¿Cual fue nuestra victoria? Un libro……”

Laura viene trabajando para que este acontecimiento se produzca desde hace mucho tiempo, desde que comenzó su carrera, o tal vez desde niña en sus tiempos de alumna, y aún antes de nacer cuando sus padres eligieron el nombre Laura, cuyo significado es: la que triunfa.

 
 
Lic. Néstor C. Córdova
Psicólogo - Co-director de Ceap
Adjunto del Proyecto de Extensión Universitaria de la Facultad de Psicología UBA
Profesor titular de Psicología Evolutiva II del IPES