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Un elefante ocupa mucho espacio. Un libro infantil que la dictadura prohibió


Elsa Bornemann (Buenos Aires, 1952-2013) fue una escritora y docente argentina, nacida en una familia de inmigrantes. Además de una prolífica carrera en la literatura infantil y juvenil, ejerció toda su vida como profesora de letras, conferencista y activista en el país y en el mundo. Publicó su primer libro, El espejo distraído, a los 19 años. Le siguieron varias decenas de publicaciones, tanto para las primeras infancias como para adolescentes, incursionando en algunos géneros como el terror y subvirtiendo varios relatos clásicos como el de Caperucita y el Lobo y el Jorobado de Notre-Dame. Sus letras acompañaron a varias generaciones de jóvenes y niños en el último medio siglo.

Gracias a Un elefante ocupa mucho espacio fue la primera escritora argentina en integrar la Lista de Honor de los Premios Hans Christian Andersen para narrativa infantil, que se entregan anualmente en Dinamarca desde el año 1956. Fue en el año 1976. Al año siguiente, la dictadura cívico-militar decidió que se trataba de un título peligroso para las juventudes, por lo que resolvió prohibir su lectura y distribución y perseguir a la autora.

Es fácil ver por qué. El cuento transcurre en un circo en el que el elefante, Víctor, decide declarar la huelga general de animales. Los reclamos: dejar de ser explotados, y que les permitan regresar a África, de donde venían. Por supuesto que no todos los animales estuvieron de acuerdo, por lo menos al principio, y otros no llegaban a comprender el asunto:

“–¿Se puede saber para qué hacemos huelga? –gruñó la foca, coleteando nerviosa de aquí para allá.

–¡Al fin una buena pregunta! –exclamó Víctor, entusiasmado, y ahí nomás les explicó a sus compañeros que ellos eran presos… que trabajaban para que el dueño del circo se llenara los bolsillos de dinero… que eran obligados a ejecutar ridículas pruebas para divertir a la gente… que se los forzaba a imitar a los hombres… que no debían soportar más humillaciones y que patatín y que patatán”.

Parece que las referencias a la rebelión de animales y la mención del desacato a la autoridad fueron demasiado para los censores de la última dictadura, porque inmediatamente censuraron el cuento y prohibieron que llegue a su verdadero público, que eran las niñas y niños del país. Esto no detuvo a Elsa Bornemann, que siguió escribiendo y publicó poco después El último mago o Bilembambudín, obra que se convirtió en un clásico de la literatura infantil y juvenil y que todavía se lee en las escuelas y hogares.

Aunque Elsa Bornemann fue apenas una entre muchas otras autoras y autores que sufrieron la persecución y la censura -entre ellos María Elena Walsh, Laura Devetach, Margarita Belgrano, Javier Villafañe-, hay una razón más para recordarla en esta oportunidad, y es que el 24 de mayo próximo se cumplirá una década desde su desaparición física. Su influencia en las niñeces y juventudes, sin embargo, no da muestras de agotarse todavía.

La última dictadura elaboró una extensa lista de libros y publicaciones prohibidos, instruyendo a la Policía Federal a incautarlos y destruirlos allí donde los encontraran. Entre ellos se encontraba una publicación periódica que se había implementado durante la presidencia de Héctor José Cámpora, El diario de los chicos. Se trataba de un periódico informativo orientado hacia las niñeces, sustentado en la idea “que los chicos tienen derecho a saber lo que pasa todos los días”. Entre los objetivos que anunciaba la editorial del primer número del diario estaba el “que cada chico sepa lo que quiere, tenga una opinión propia”.  Precisamente las cosas que la dictadura se proponía extirpar.

Marzo es el mes de la memoria, y desde la BNM decidimos recoger algunas obras que afortunadamente no lograron borrar. Difundirlas y hacerlas más visibles es construir una sociedad más justa y libre, y niñeces soberanas que puedan decidir por sí mismas qué leer y qué pensar. Para ello, preparamos la exposición virtual 24 de Marzo: Día Nacional de la Memoria, por la Verdad y la Justicia con una serie de recursos para trabajar en las aulas, pensados específicamente para esta importante fecha y elaborados por el Ministerio de Educación de la Nación.

Adicionalmente, la BNM dispone de una sala específicamente dedicada a la literatura infantil y juvenil. que invitamos a visitar de lunes a viernes de 9 a 20 h, solo con DNI.

Las y los esperamos.