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En la sección Libros dedicados a Lugones destacamos la dedicatoria que Victoria Gucovsky le hizo al escritor en su libro El santo de la higuera, editado por “Nosotros” en Buenos Aires.

“A Leopoldo Lugones. Homenaje. Victoria Gucovsky. 1930. Buenos Aires”.

Al inicio del libro leemos:

La autora destina el producto de la venta de este libro a la realización del cuarto punto del programa que se ha trazado la “LIGA PRO-ALFABETISMO DE ADULTOS”, el cual se refiere a la acción cultural a desarrollar en los conventillos:
1. Organización de una biblioteca. Sesiones de lectura comentada. Conversaciones instructivas.
2. Clases de lectura y escritura para adultos analfabetos.
3. Sesiones de música escogida.
4. Sala de estudio y recreo para los niños.
“Nosotros” apoya la iniciativa, administrando gratuitamente El santo de la Higuera.

La familia de Victoria
Esta educadora socialista y feminista nació en Génova, Italia, en 1890, y heredó la militancia de sus padres. Su madre, Fenia Cherkoff, había vivido la agitación contra el régimen zarista y el clima de organización del socialismo internacional. Llegó a ser educadora, escultora y ferviente luchadora por los derechos de las mujeres. El padre, Gabriel Gucovsky, era ingeniero y poeta. Fue deportado a Siberia por adherir a la causa revolucionaria. Allí contrajo tuberculosis, por lo que la pareja se trasladó a Italia, donde nació Victoria, nombre que recordaba a la hermana de él, una militante socialista que se había suicidado en la cárcel luego de haber sido violada por sus captores.

Al poco tiempo Gabriel falleció y Fenia decidió regresar a Odesa, su ciudad natal. Luego viajó a Argentina y se instaló en Colonia Clara, en Entre Ríos, uno de los tantos asentamientos agrícolas que recibió gran cantidad de inmigrantes judíos provenientes de Europa entre fines del siglo XIX y principios del XX. Fenia se relacionó con el mundo intelectual de la época, viajó a Europa y volvió a Argentina en 1898. Ya en Buenos Aires, se alojó en la casa de Enrique Dickman, el primer afiliado del Partido Socialista del país. Poco después se volvió a casar, esta vez con uno de los dirigentes socialistas más relevantes de la época, Nicolás Repetto. En 1903, por su iniciativa, se creó el Centro Socialista Femenino, mismo año en el que participó como delegada en el Congreso del Partido Socialista.

La vida de Victoria
En ese ambiente se crió Victoria Gucovsky. La joven estudió en el Instituto del Profesorado Secundario, donde se especializó en Ciencias Naturales. Formó parte del grupo fundador del Partido Socialista Argentino y, a los 18 años, quedó a cargo del suplemento literario de La Vanguardia, órgano periodístico oficial del partido. En él escribió sobre temas tan diversos como la sociedad china o la situación económica internacional. También colaboró en el diario La Nación. A los 20 se casó con uno de los primeros dirigentes socialistas de la época, Antonio de Tomaso. Viajó a Estados Unidos a estudiar el sistema penitenciario femenino y el sistema de reforma juvenil.

Años más tarde se radicó en Córdoba por problemas de salud. Sus vivencias allí parecen haber inspirado sus dos libros de relatos camperos: Tierra adentro (1921), y el que nos ocupa hoy, El santo de la higuera (1930). Hizo además una obra de teatro infantil, Juanita, por la que recibió el Premio Municipal de Poesía. También escribió, entre otros, La emoción ante Beethoven; Lo que pasa en China y La crisis económica mundial, causas y soluciones, acción de la escuela.

Victoria se dedicó a la enseñanza de la biología durante 32 años; fundó y presidió la “Liga Pro-Alfabetismo de Adultos” y dio conferencias sobre cooperación social, vivienda, acción social y literatura, pacifismo, voto femenino, entre otros temas.

Murió en Buenos Aires en 1969, dejando como legado una colección de hallazgos geológicos al Museo de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia.

Las y los invitamos a conocer, leer y disfrutar de la obra de Victoria Gucovsky, la cual forma parte del acervo de la BNM.