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20 de noviembre: Día Internacional de la Memoria Trans

El Día Internacional de la Memoria Trans lo creó en 1998 Gwendolyn Ann Smith, una activista trans estadounidense, en memoria de Rita Hester, una mujer trans afroamericana asesinada el 28 de noviembre de ese mismo año. Desde ese entonces la fecha conmemora a las personas transexuales, transgénero y no binarias asesinadas por crímenes de transfobia, vale decir, como instancia extrema de odio, discriminación y violencia que esta comunidad todavía padece.

A diferencia de quienes son “cis-género”, es decir, aquellas personas cuya identidad de género coincide con el género que le asignaron al nacer, las personas trans tienen una identidad de género diferente a la dada al nacer y no se identifican ni con el nombre ni con los roles y estereotipos de género adquiridos. Las infancias trans, por ejemplo, suelen vivir muchas situaciones de bullying y violencia en su entorno. En cuanto a la etapa adulta, en Argentina las mujeres travestis/trans tienen una expectativa de vida de alrededor de 35 años. Y así como la Organización Mundial de la Salud (OMS) quitó la homosexualidad de las enfermedades mentales en 1990, con la transexualidad, recién lo hizo en 2018.

En Argentina, podemos nombrar a muchas luchadoras dentro de este colectivo. Una de ellas fue Lohana Berkins, fundadora de la Asociación de Lucha por la Identidad Travesti y Transexual (ALITT), la Cooperativa Textil Nadia Echazú y el Bachillerato Popular Mocha Celis. Como asesora legislativa por el Partido Comunista en la Ciudad de Buenos Aires, se convirtió en la primera travesti en tener un trabajo estatal. Asesoró también a la legisladora porteña Diana Maffía y fue candidata a diputada nacional en 2001.

Berkins fue propulsora además de la Ley de Identidad de Género, que fue aprobada en Argentina en 2012 (Ley N° 26.743), una norma de avanzada por ser la primera ley en el mundo en reconocer la identidad de género autopercibida sin obligación del cambio registral en el documento y con pleno acceso a la salud, despatologizando las identidades trans. Tal ley promueve el libre desarrollo de la persona según su identidad de género y a ser tratada dignamente. Indica además la obligación de adecuación de normas, reglamentaciones y procedimientos para que no limiten, restrinjan, excluyan ni supriman el ejercicio del derecho a la identidad de género.

Tampoco podemos dejar de mencionar a Amancay Diana Sacayán, algo así como “flor amarilla y amazona guerrera de América del Sur”, quien, después de dejar la calle, terminó el secundario y militó en el Movimiento Antidiscriminatorio de Liberación (MAL) y en la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays y Bisexuales (ILGA). Dentro del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), Diana logró que el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires emitiera una resolución para que los hospitales bonaerenses respetaran la identidad elegida de las personas trans y recibió de mano de la expresidenta Cristina Fernández el documento con su identidad de género autopercibida.

Fue una militante ineludible en la lucha por los derechos humanos en general y del colectivo de personas travestis, transexuales y transgénero en particular, e impulsó, entre otras iniciativas, la Ley de Cupo Laboral Trans Travesti. En 2015 fue asesinada por Gabriel Marino. En 2018 el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional N° 4 de la Ciudad de Buenos Aires lo condenó a cadena perpetua. En su veredicto, el Tribunal consideró que se había tratado de un crimen de odio y que había mediado violencia de género, por lo que reconoció el crimen, por primera vez en la justicia argentina, como un travesticidio.

En 2020 se decretó el Cupo Laboral Trans en la Administración Pública Nacional y en 2021 se sancionó la Ley N° 27.636 de promoción del acceso al empleo formal para las personas travestis, transexuales y transgénero “Diana Sacayán – Lohana Berkins”, que consiste en la incorporación de –no menos- de un 1% de personas travestis/trans a la planta del Estado. Dice además que se deben garantizar espacios de educación para las personas travestis, trans y transexuales que no hubieran completado los estudios obligatorios, así como espacios para la formación y capacitación a quienes lo requieran, asegurando un acompañamiento para la permanencia en el empleo. Asimismo, establece los Lineamientos para la igualdad de género en las Empresas y Sociedades del Estado (decisión administrativa 1744/2020) que, entre otras cosas, propicia la adopción de políticas de promoción para la inclusión de personas LGBTIQ+ en empresas.

En 2012 se comenzó a gestar el Archivo de la Memoria Trans, un proyecto que idearon Claudia Pía Baudracco y María Belén Correa, ambas fundadoras de la Asociación de Travestis de Argentina en 1993 (hoy llamada Asociación Travestis Transexuales Transgéneros Argentinas). Baudracco había liderado el movimiento por la derogación en quince provincias de la Nación Argentina de los Códigos de Faltas que criminalizaban las identidades trans, y lo logró en 14 de ellas.

El Archivo de la Memoria Trans es un colectivo audiovisual argentino para la protección, construcción y reinvindicación de la Memoria Trans. Contiene más de 10 mil documentos que van desde principios del siglo XX hasta fines de la década de 1990. Es también un referente documental y de memoria colectiva de las identidades trans cuya política documental adhiere a la lucha contra la transfobia, para la formación educativa, la inserción social-laboral y la denuncia de transfobia institucional o social.

Por otra parte, en julio de 2021 se presentó el nuevo documento de identidad no binaria, por el cual todas las personas que no se identifcan con la categoría masculina o femenina pueden optar por una “X” en su DNI y pasaporte. De esta forma, Argentina se convirtió en el primer país de América Latina en reconocer esta identidad de género.

Sin embargo, se sigue reproduciendo una lógica binaria y se sigue invisibilizando y violentando a la población LGBTIQ+, especialmente a las personas travestis, transgéneros y transexuales, que son quienes se encuentran en situación de mayor vulnerabilidad.

Algunas de las buenas buenas prácticas para la inclusión de la diversidad y la implementación de la Ley de Cupo Laboral Trans propone lo siguiente: si no sabemos la identidad de género de la persona, siempre podemos preguntar antes con qué pronombre se identifica (“el”/”la”/”le”); tampoco debemos dar por sentado la hetereosexualidad ni la idendad cis con quienes interactuamos, así como también propone empezar a incorporar en todos lados la comunicación inclusiva para que nadie se sienta que queda afuera.

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